El compositor italiano Verdi
(1813-1901) había escrito un par de óperas sin mucho éxito y, además,
con tan sólo 26 años había perdido a su mujer y a sus dos hijos en un
accidente; no tenía ganas de componer. Pero el empresario Bartolomeo
Merelli, amigo suyo, le llevó a leer el libreto (texto) de Nabucco,
escrito por Temistocle Solera. Se cuenta que a Verdi le atrapó la
historia de inmediato y no tardó mucho en tener preparada su próxima
ópera: Nabucco. Con ella triunfó en Italia y en toda Europa.
Además, la soprano Giuseppina Strepponi que encarnaba a la protagonista
terminó siendo su compañera sentimental.
Nabucco
está basada en el Antiguo Testamento, y uno de los momentos clave es
el del coro "Va, pensiero", donde los esclavos hebreos expresan
nostalgia por la tierra perdida, Jerusalén, el hogar arrebatado,
mientras se hallan cautivos en Babilonia. Los italianos se
identificaron con este canto y lo utilizaron para expresar su ideal de
libertad nacional, se convirtió en emblema musical del risorgimento
italiano (proceso de unificación de Italia, que en el s. XIX estaba
dividida en distintos estados, algunos ocupados por potencias
extranjeras).
Y ahora... a cantar!
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